Muerta.
Muerta, Muerta
En mi
cabeza repiquetea la idea como intentando anclar. Pero no logro siquiera
acercarme por aproximación.
Me cambio y
mientras elijo la ropa sin mucho apuro,
sigue esa letanía de una sola palabra.
Salgo a
caminar con la perra, mientras miro, hablo, pienso. Siempre con un telón de
fondo donde se repite esa palabra que no logro entender ni aceptar.
Hoy te fuiste.
Eso me dijeron. Yo estaba esperando al lunes para hablar con vos.
Así, como
si nada te fuiste. Resuena en mi cabeza tu risa de hace dos días, cuando hablábamos
de mis locuras entre las tuyas. Y hacíamos eco en espejo aun siendo tan
distintas…
Yo me entregue
en tus manos al arte de la magia que a mi mente razonable le vino tan bien. Y vos, le diste a mi “sabiduría” un valor de verdad que también la convirtió
en hechizo.
Me siento
rara. Me siento incrédula, como viendo una película en la que algo me impacta
pero estando convencida de que solo es ficción.
Sin embargo es tan real que me tiembla el cuerpo de solo pensarlo.
Hace días hablamos
de que siempre en nuestras charlas algo pasaba que quedaban a medias. Ahora
puedo decir que quedaron inconclusas. Imposibles de seguir, fuera de juego.
Pensé
cuantas veces a mi angustia sin sentido tus palabras le hacían de cuna.
Abrazando en lugar de abrir heridas, haciéndome creer que eras capaz de
convertir el sapo en príncipe y la miseria del sufrimiento en solo un momento
pasajero.
Siento que
no puedo despedirme, porque en todas mis despedidas estuviste vos, dándome confianza
en que hay un mas allá. Y ahora no estas, A quien le pregunto hoy como están los
del otro lado?
Es como si
todo se tratara de bordes. Caminamos por líneas sinuosas y no sabemos cuales se
terminan y cuales llegan del otro lado. Hoy, en una de esas te me perdiste vos.
Y ansiosa espero verte reaparecer. Aunque se que no.
Yo no se
que voy a hacer mañana cuando quiera saber de vos. O contarte de mi, o pedirte
que me regales tus horas y tu arte porque todo anda mal.
Un poema de
hace mucho me repica en el alma
“tu risa me hace libre me pone alas. Soledades
me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios
relampaguea”
Es de otra
historia, lo se. Pero es que mas allá de todo, escucharte reír era parte del
encanto.
El alivio a
la tristeza. La promesa de algo mas que no dependía de mi. El saberte capaz de
creer que la tragedia si se exorciza.
Y no pienso
olvidarme de vos. Sabe que siempre vas a estar conmigo
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