lunes, 28 de diciembre de 2020

Insomnio repentino

 Desvelo del pensar. Y entender que la vida se agota a cada paso.  Un miedo que invade.  Un sueño que no llega a consumarse y desaparece cuando abro los ojos y me descubro tratando de surfear la cresta de una ola que solo parece capaz de hundirme.

Como llegué hasta acá es difícil de reconstruir.  Sueños rotos y otros no tanto, pero sueños al fin que por lo tanto carecen de ese toque de realidad que hoy me pone al borde del abismo más cruel
Inerme espejo de una muerte que solo es una anticipación del pensamiento de algo que no se puede siquiera imaginar sino bajo las distintas formas de muertes más pequeñas que se sienten en la carne de las mil y una vidas que me supe conceder.
Vidas que no son buenas,  tampoco malas del todo.  Son lo que son, solía decir 
Vidas que duelen, inexorables bajo esta piel que no deja de sentir, aun más cuando teme cada vez que este sea el ultimo aliento.
Tropiezo en las vueltas de la memoria que se ausentan al momento del balance. Porque las pérdidas suman en el haber de un tiempo que promedia, aunque aún no sepa   que significan estas vidas. Ni tampoco estas muertes que sofocan mis sueños que hoy no se llegaron a abrir paso en mi.